Beijing Time/ La hora de China es el titulo elegido por Menene Gras Balaguer para la exposición de arte chino contemporáneo - de la que es comisaria - y que puede verse actualmente (11.01.12) en las salas de exposiciones de Matadero, en Madrid. Incluye obras de una veintena de artistas y está acompañada por un ciclo de peliculas de cineastas de última y penúltima generación. Y como doy por supuesto que la actualidad del arte chino es hoy lo suficientemente vasta y compleja como para que pueda ser representada exhaustivamente por una muestra en definitiva tan limitada como esta, concluyo que las tendencias y los sesgos que dominan en esta exposición son responsabilidad directa de la comisaria, que habrá elegido atendiendo sobre todo a sus propias inclinaciones personales. Y esas inclinaciones la han llevado a conceder un lugar de privilegio en su seleccion a obras y artistas que encajan muy en la tradición surrealista o que de alguna manera se conectan con ella. De hecho las obras que mas me han impactado son las que Miao Xiaochun ha agrupado bajo el titulo común de Microcosm y que incluyen tanto una version manipulada digitalmente del Jardín de las delicias de Hieronimus Bosch como la proyeccion en tres pantallas de gran formato de una pelicula de animación digital igual o mas fantasiosa aún que la audaz reinterpretación que Xiaochun ha hecho del triptico de El Bosco. La imaginación liberada de toda atadura terrenal o societal campa igualmente en la animación que expone Zhang Xiaotao, que es tanto un esbozo de cosmogonía como una alegoria de la construcción de la China moderna en la que hormigas hiperactivas estarian en el lugar de los trabajadores. Y su desesperanza y sus padecimientos en las atmosferas sombrías y en las interminables y en definitiva vanas construcciones de fábricas y ciudades.
En fin, las obras de Xiaochun y de Xiaotao tienen una potencia visual extraordinaria pero no son las unicas en esta notable exposición. Con otros recursos y con otra orientación estética tanto Cang Xin como Yin Xiuzhen presenta obras igualmente potentes. La de Cang Xin es una instalación en la que tres dibujos en carbonicillo de 2 metros de ancho y seis o mas metros de alto - que representan otras tantas atalayas u obesliscos truncados - enmarcan una escultura en acero cromado que representa al propio artista desnudo y con un arbol frondoso que arraiga en su entrepierna. Y Yin Xiuzhen muestra una pieza, una maqueta hecha de arena que es una paisaje desertico, lunar, onirico y/o fabuloso.
La intervención de Theo Firmo
Hace 13 años
Muy, muy interesante
ResponderEliminarLa verdad que esta muestra me dejó bastante escéptico. Me hubiese gustado ver una muestra de arte chino y no entender nada. Por el contrario me encontré con estrategias y obsesiones totalmente inmersas en el mercado europeo. Globalización pasada por identidad. ¿academia?
ResponderEliminarSi China se moderniza a una velocidad de vértigo ¿ cómo no habría de hacerlo su arte, que hace un par de décadas se dividia entre tradicional y propagandístico?
ResponderEliminarDe acuerdo pero la apertura de puertas y ventanas debería llevarnos a ampliar el conocimiento de paradigmas, no a la globalización de este. Inclusión, no integración. Mi preocupación parte del peligro de un posible y falso standard.
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