Entre los beneficios derivados de la exposición que actualmente dedica el Museo Reina Sofia a Los encuentros de Pamplona, habria que incluir en un lugar destacado la visibilidad que la misma ha otorgado al pintor Jose Antonio Sistiaga. Y más específicamente a la extraordinaria pelicula que realizó entre 1970 y 1971 que se pasó al público el viernes pasado (15.01.10). La pelicula, que fue presentada en dichos encuentros, es un autentico tour de force, una pelicula que mas que una película en el sentido convecional del termino es en realidad la suma de ciento y pico mil de fotogramas cada uno de los cuales puede ser considerado un cuadro en sí mismo y no sólo porque fue pintado a mano sino porque fue voluntad expresa de su autor de que cada uno valiera por si mismo y no por su contribución parcial a la formación de una imagen única en el ojo del espectador. Durante el coloquio que mantuvo con el critico Francisco Javier Sanmartin y con el público ese dia, Sistiaga contó que pintar a mano tantísimos cuadros le tomó 17 años de su vida: ¨trabajaba 12 horas diarias y de cuclillas, pintado uno a uno cada uno de los fotogramas de tiras de pelicula virgen aunque emulsoniada, extendidas sobre el suelo de mi estudio en Paris¨. El resultado es abrumador, mareante, y desde el punto de vista estrictamente formal oscila entre el dripping de Jackson Pollock y las manchas amebiásicas de las esculturas pintadas de Jean Dubuffet.
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