sábado, 4 de diciembre de 2010

La VOZ de Fátima Miranda.

Si, la VOZ asi, en mayúscula, para mejor subrayar que el arte de Fátima Miranda consiste en liberar la voz de las constricciones impuestas por esa verbalidad postedípica moldeada y la modulada según las exigencias del principio de realidad. O del Otro, si se prefiere. Pero no se crea que lo que hace esta artista enorme es simplemente gritar o aullar como cualquier cantante de rock en vez de cantar o recitar como cualquiera virrtuosa del bel canto. No. Lo que ella hace - y lo ha vuelto a hacer en la performance para voz y video, titulada MADrid MADrás MADrid¡ y realizada en la Casa Encendida ( 03.12.10) - es mucho mas dificil y complejo porque consiste en usar los recursos mas refinados del canto y la interpretacion para hacer que la voz recupere post festum esa extrañeza, esa otredad salvaje, pre-edípica e ingobernable para la conciencia, a la que se ha referido con admirable lucidéz Slavoj Zizek en la película The Pervert´s Guide to Cinema de Sophie Finnes. Zizek despliega su argumentacion en dicha pelicula mediante ejemplos tan dispares entre si como los aullidos desquiciados de la niña endemoniada que protagoniza la pelicula El Exorcista hasta el melodioso bolero cantado por una enigmatica mujer en una secuencia clave de Mullholland Drive, pasando por la desaforada parodia de la oratoria de Hitler realizada por Chaplin en El gran dictador. Y sin embargo el diapasón de Fátima, los registros, las modulaciones y los recursos de su voz son aún más amplios y diversos que los citados por Zizek. Ella en realidad hace con su voz lo que quiere, desde trenos hasta ruidos maquínicos pasando , por Do de pecho que envidiria la mejor soprano, porque logra alcanzar con su arte ese punto sublime en el que su voz no es su instrumento sino que ella es instrumento de la VOZ. Su medium,si se quiere. Esa VOZ que a todos nos resulta ajena a pesar de que nos pasemos la vida apaciguándola, amaestrándola, controlándola para que sea ¨ nuestra ¨.

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