domingo, 14 de diciembre de 2008

Montse Soto en Helga de Alvear.

Montse Soto exploró hace unos años y en una extraordinaria serie de fotografias los escenarios donde se despliegan y ocultan de las miradas que no sean las de los amigos y conocidos de la casa, muchas de las obras de arte contemporaneo que fueron creadas con el propósito de que fueran lo contrario. O sea, siempre públicas. Ahora, en su exposición en la galeria Helga de Alvear de Madrid (11.12.08), investiga otros entresijos, en esta oportunidad las del acto o mejor el trance creativo. Ese episodio, ese pasaje, ese viacrucis habitualmente angustioso, en el que un artista se empeña en convertir el caos informe de sus intuiciones y pálpitos en una obra. En su obra. En este caso son dos los tránsitos captados por Montse, video mediante: los del poeta -y tambien video artista Dionisio Cañas - y los del músico popular Chico Ocaña. Los videos dedicados a Cañas muestra a un creador peripatetico e incluso hierático, que pasea detrás del muro que le oculta mientras recita los versos que se le van viniendo a la cabeza. Sólo podemos verle cuando pasa deambulando delante de un vano enrejado. El resto del tiempo permanece oculto, aunque imaginemos que mientras seguimos escuchamos su voz continúa caminando.
El video dedicado a Chico Ocaña es menos peripatético y mas expresivo. En él vemos en vivo y directo el laborioso proceso creativo de un músico que no sabe escribir partituras y que, por lo mismo, se ve obligado a tararear a un guitarrista la melodia que todavía tiene exclusivamente en la cabeza. Por eso este vídeo resulta no sólo mas expresivo sino mas conmovedor: vemos en vivo y directo la prolongación de los dolores como de parto que acompañan inevitablemente el acto creativo. Y tambien participamos de la alegría que el alumbramiento de una nueva vida: la de una nueva canción de Chico Ocaña, poeta de la pobrecía urbana.

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