lunes, 28 de agosto de 2017

En el Estrecho de Gibraltar.




El viernes pasado (25.08.2017)  recorrí de un extremo a otro el litoral marroquí del Estrecho de Gibraltar con  Amparo Garrido. La había invitado a hacerlo desde cuando me contó que llevaba meses grabando aves en los avistaderos de los alrededores de Tarifa, con el propósito de hacer una película. Me contó también cuán fascinada estaba no solo por las aves que anidan o recalan en el Estrecho sino por el Estrecho mismo. Por sus paisajes desnudos y con frecuencia desolados. “Tienes que cruzar el Estrecho y  verlo desde el otro lado”- le dije entonces.”Así tendrás una visión completa del mismo. De su fuerza, de su desafiante poderío”. Como veis terminó por hacerme caso y creo fue defraudada. Y para agradecer mi insistencia me enseñó 60 de los 80 minutos del  borrador de su película. Insistiendo eso si que en que se trataba de un borrador al que todavía le falta el desenlace y un trabajo de edición adicional. Pero aun contando con estas limitaciones debo decir que la película en marcha es esplendida. No se trata de un documental más sobre aves aunque las aves sean ciertamente protagonistas. Es una película que inserta a las aves en un triángulo en un cuyos otros dos extremos están la ceguera y la propia Amparo elaborando subrepticiamente un duelo. Su duelo. Es un filme extraño, intempestivo si se quiere, de una rara, de una  intensa eficacia visual.  Y un indudable salto adelante en la trayectoria de una artista a quien debemos inquietantes retratos de perros y de gorilas. Y unas imágenes imborrables del Tiergarten de Berlín.  

  

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