El viernes pasado (25.08.2017) recorrí de un extremo a otro el
litoral marroquí del Estrecho de Gibraltar con
Amparo Garrido. La había invitado a hacerlo desde cuando me contó que llevaba
meses grabando aves en los avistaderos de los alrededores de Tarifa, con el
propósito de hacer una película. Me contó también cuán fascinada estaba no solo
por las aves que anidan o recalan en el Estrecho sino por el Estrecho mismo. Por
sus paisajes desnudos y con frecuencia desolados. “Tienes que cruzar el
Estrecho y verlo desde el otro lado”- le
dije entonces.”Así tendrás una visión completa del mismo. De su fuerza, de su
desafiante poderío”. Como veis terminó por hacerme caso y creo fue defraudada.
Y para agradecer mi insistencia me enseñó 60 de los 80 minutos del borrador de su película. Insistiendo eso si
que en que se trataba de un borrador al que todavía le falta el desenlace y un
trabajo de edición adicional. Pero aun contando con estas limitaciones debo
decir que la película en marcha es esplendida. No se trata de un documental más
sobre aves aunque las aves sean ciertamente protagonistas. Es una película que
inserta a las aves en un triángulo en un cuyos otros dos extremos están la
ceguera y la propia Amparo elaborando subrepticiamente un duelo. Su duelo. Es un
filme extraño, intempestivo si se quiere, de una rara, de una intensa eficacia visual. Y un indudable salto adelante en la
trayectoria de una artista a quien debemos inquietantes retratos de perros y de
gorilas. Y unas imágenes imborrables del Tiergarten de Berlín.
La intervención de Theo Firmo
Hace 13 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario