La tarea era ciertamente ardua pero Rafael Doctor Roncero la llevó a cabo hasta el final con esa subyugante ´ levedad del ser´ que tantos éxitos le ha reportado en su fulgurante carrera. Porque de lo que se trataba esa mañana(10.09.09) no era de simplemente de presentar el programa de una nueva edición de la
Noche en blanco, ante el público de altos cargos, funcionarios y contratistas del Ayuntamiento, artistas, periodistas y algún crítico de arte que abarrotaba el auditorio de las Naves del Español, situadas en el Matadero. Si sólo hubiera sido eso tan simple, Rafa habría resuelto con la gorra la papeleta, como ya ho ha hecho tantas veces ante auditorios entregados de antemano a sus arrebatadores encantos. No, el problema era tan dificil de resolver que sólo echando mano literalmente de la magia se podia resolver, porque no era otro que esa cuadratura del circulo representada por la dificultad de convencer a los madrileños que el regalo que él les ofrecia esa noche era el de ... ! invitarlos a caminar por la ciudad¡. Cierto, Rafa se cuidó de subrayar que esa noche estarian vedados los coches sin los cuales la mayoria ciudadana perdería una de sus razones de existencia y se esforzó, asi mismo, en convencernos con la ayuda de su sonrisa seductora que bastaba cambiar el tono de la iluminacion de la Gran Via y de otro número importante de calles para que estas cambiaran sin dejar de ser las mismas. Milagro de la luz, magia del escenógrafo y prestidigitador que pretende, ademas, soltar en la Plaza Mayor 200.000 globos blancos al aire cada uno con un micropoema de Benjamín Pardo - ´ Volver no es lo mismo que perderse ´, ´Escapar no significa ir a alguna parte´, por ejemplo - y convertir la plaza de la Cibeles en una gigantesca discoteca. Eso entre otros muchos prodigios. Pero la magia sólo triunfa cuando logra imponerse graciosamente a la dura realidad y esta última no esperó hasta la noche del 19 de septiembre para manifestarse en toda su rudeza como transportes imposibles, aglomeraciones axfisiantes y colas interminables para acceder a los museos, los centros de arte y las exposiciones, así como a los restaurantes y las barras de los bares igualmente abarrotados. Al dia siguiente, la
Fashion´s Night Out, una ´noche en blanco´ promovida por la revista
Vogue y en la que participaron mas de 150 boutiques de lujo, se saldó inesperadamente con la muerte de un joyero a quién le dio un infarto y se desplomó en una de las muchas zanjas que horadan actualmente la calle de Serrano, donde a la mañana siguiente le encontraron muerto. Las mismas zanjas que tuvieron que sortear, con evidente riesgo para sus finas pantorrillas, las chicas glamourosas que hicieron la ruta de las boutiques esa misma noche. O sea, que la invitación a caminar de noche en un Madrid cuyo centro está mas agujereado que un queso grouyere es la invitación a practicar un deporte de alto riesgo. ¡ Que la acepten los intrépidos del parapente!
Y serán muchos los madrileños que acepten el reto de sortear las innumerables zanjas, al menos que no llueva.
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