La semana pasada (26.08.09) el colectivo PSJM inauguró Slogans una intervencion suya en la antigua capilla de La Trinidad, anexa al palacio que en Gijon es ahora sede del museo Barjola, que pone de manifiesto con explosiva eficacia el regimen de fluidos intercambios que se dan actualmente entre la publicidad y la guerra. Algunas de las palabras clave de la publicidad son prácticamente las misma que utiliza el lenguaje militar: campaña (publicitaria), target, bombardeo (de imágenes) , impacto (en la audiencia) , frecuencias de saturación, etc. La coincidencia no es probablemente casual y menos ahora cuando la hipertrofia de los que antes se llamaban departamentos de la guerra sicológica obedece a la conviccion de los estados mayores del Imperio de que el principal teatro de operaciones de las que ellos mismos llaman ´guerras asimétricas ´no esta situado en los desiertos del medio Oriente ni en las agrestes montañas de Afganistán sino en la sala de estar de los hogares occidentales. Ese es el target principal de las sofisticadas campañas persuasivas que los estados mayores realizan actualmente, saturando a la audiencia con la emision constante de mensajes favorables al inicio y al mantenimiento a perpetuidad de esas guerras. En esas campañas la publicidad y la guerra consuman un extraordinario maridaje que a la publicidad le resulta singularmente atractivo porque esas campañas no aparecen como campañas publicitarias sino como simple informacion y documentacion que por lo mismo tienen un extraordinario efecto persuasivo. Las campañas publicitarias de los estados mayores consuman, en realidad, el sueño dorado de cualquier publicista que, consciente de la creciente resistencia del público a la recepcion de los mensajes publicitarios, se exprimen continuamente la cabeza en busca de la piedra filosofal que permita transmutar la publicidad en informacion o en el todavía mas eficaz comentario boca a boca. Se puede pensar, inclusive, que la actual preferencia de los publicistas por las narraciones convicentes tiene su origen en la previa utilizacion de las mismas por los amos de la guerra. Estas concomitancias y complicidades son puestas en escena por PSJM mediante un montaje en el que cuelgan del techo de la capilla unos brillantes y seductores simulacros de bombas aéreas cayendo, cada una de las cuales tiene escritos lemas como los siguientes: We give you what you need/ Pleasure for everyone/Impossible is nothing/The best a man can get, etc.
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