miércoles, 2 de febrero de 2011

La trayectoria de lo sublime.


El viernes pasado (29.01.11) el colectivo brumaria inauguró en el MUSAC de León una intervención titulada Una organizacion en torno al vacio, que podría leerse como una apuesta más por la tábula rasa, como la que con esa misma intencion y de forma muy radical realizó en Diciembre/Enero la galería Elba Benitez de Madrid con el proyecto Huis Clos, que dejó las salas de la misma prácticamente vacias, punteada apenas por las intervenciones poco o nada visibles de cuatro artistas empeñados en no dejarse ver. Y con un propósito de borrón y cuenta nueva que Magali Arriola expuso abiertamente en el texto curatorial de la misma. Ojala fuera el muy esperado borrón y cuenta nueva que nos librara de la morralla que durante tanto tiempo ha saturado los escenarios del arte internacional bajo la difusa y confusa enseña de ¨lo conceptual ¨. Pero la intervencion de brumaria tambien puede ser leída en la clave lacaniana, tal y como lo proponen explicitamente sus autores, que han impreso en un escueto mueble- escultura situado en el vestíbulo del museo esta sentencia del desafiante transgresor del legado de Freud: ¨ El arte es una organización en torno al vacío¨. El fogonazo instantáneo que, lanzado por unos potentes focos a intervalos regulares, sorprende y enceguece al espectador en una gran sala vacia es - aparte de una cita de obras semejantes de Alfredo Jaar, Tania Bruguera y Martin Creed - el resultado del intento de los brumarios de poner en evidencia el vacio en torno al cual, según Lacán, se organiza el arte. Sólo que tratandose de Lacan esto del ¨vacio ¨ no puede entenderse acudiendo exclusivamente al sentido común. El Diccionario de la Real Academia sin embargo acierta - aunque quizas sin saberlo - en la primera y en la segunda acepción que ofrece del mismo. En la primera define al vacío como aquello ¨ falto de contenido físico y mental ¨ y en la segunda como ¨ dicho de una hembra que no puede tener cria¨. La primera, al considerar el vacio como ¨falta ¨, invoca o evoca una geneología genérica: algo estaba y ya no está: falta. En la segunda, al considerar la ¨falta¨ como una anomalía en la reproducción sexuada la remite sin mas a la sexualidad. El ámbito que - según el Freud interpretado por Lacán - se convierte en especificamente humano por obra de una ruptura traumatica e inmemorial entre el niño y su madre que genera una ¨falta ¨ por definicion irreparable que sella - en el doble sentido de cerrar y de marcar - el plano linguistico que articula, enuncia o expresa los dispositivos y las modalidades de la vida psíquica, incluidos la oposición niño/madre y el deseo siempre reprimido que los une. Esa falta - esa ausencia de lo que jamás podrá regresar porque solo puede existir como ausente - es tambien el vacío donde el arte adquiere su forma y eficacia, su ¨ plano de consistencia ¨ para decirlo en términos de Deleuze.
Yo me inclino, sin embargo, por una tercera lectura de esta pieza de brumaria que para mi surge cuando se la conecta con una pieza anterior, la pieza realizada para la pasada edición de Manifesta, clausurada hace poco en Murcia. Se titulaba: Violencias expandidas y si la ponemos junto con Una organización en torno al vacío el resultado es una cierto esquema de la genealogia de lo sublime y por ende del arte, que subraya el papel crucial que cumple en la misma la violencia. La violencia de las guerras, los conflictos y las catástrofes que diariamente sacuden el mundo y que la pieza de Murcia trajo a cuento mediante en un collage incesante de estremecedoras imágenes entresacadas de los informativos de esa television que las manipula e interpreta a su amaño. La violencia de esos fogonazos que enceguecen al espectador en Una organización... Y como corolario la certeza de Edmund Burke - inspirada en la catarsis aristotélica- de que el arte que más radicalmente nos compromete y concierne es aquel que sublima la violencia de tal manera que es capaz de ofrecernos un placer estético equiparable al goce producido por la contemplación directa e inmediata de un ahorcamiento o una decapitación.

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