Santiago Sierra ha logrado con su largometraje NO.Global Tour la epopeya que demandaban unos tiempos en los que el heroísmo es la exigencia cada vez más extendida y común de actos sobrehumanos. ¨ Ya no son uno o dos pueblos- anticipaba Bertold Brecht – los que viven una época de grandeza, sino que llega incontenible a todos los pueblos. Ninguno escapará a la gran época (…) En todo el continente los actos heroicos aumentan, las realizaciones del hombre común son cada vez más gigantescas. Todos los días se inventa una nueva virtud. Para hacerse con un saco de harina se necesita hoy tanta energía como antes para roturar la tierra de toda una provincia. Para averiguar si hay que huir hoy mismo o si se puede huir mañana, hace falta una inteligencia que, un par de décadas antes, habría bastado para crear una obra inmortal. Se requiere un valor homérico para salir a la calle, y, en suma, para ser tolerado se necesita la abnegación de un Buda. Sólo si se dispone del amor al prójimo de un San Francisco de Asís, puede uno dominarse para no cometer un crimen¨. El mundo – tal como pronosticó el autor de estos Diálogos de fugitivos- se ha convertido en ¨ un lugar de residencia para héroes ¨. Sólo que estos héroes ya no encuentran su imagen en el espejo de sufrimiento y renuncia que durante tanto tiempo han ofrecido los mártires del cristianismo. Como tampoco en el ofrecido por el individualismo desafiante, abnegado o escéptico de Robinson Crusoe, Billy Bud o Sam Spade. El heroísmo del que hablamos es anónimo y común y no individualista, raro o excepcional y por eso la figura que le es propia no puede buscarse en las hagiografías y ni siquiera en la novela o en el cine dramático sino en la epopeya.
Cierto, una nueva clase de epopeya por la que estábamos a la espera desde que El Canto a mi mismo de Walt Whitman y desde que La tierra baldía de Eliot, los Cantos de Ezra Pound y el Canto general de Pablo Neruda pusieron en evidencia su necesidad. O por lo menos la sorda insatisfacción con su reiterada omisión por la lirica moderna.¨ Cantares de la tribu ¨, los llamó Pound cuando intentó explicarle a uno de sus traductores al castellano porque quería que el ¨Cantos ¨ del original en inglés se tradujera por ¨Cantares ¨ y no por ¨Cantos¨ - como ya se había hecho en versiones previas. Cantares - corrijo yo - en el que el heroísmo común no podría, no tendría que celebrarse con cantos a las acciones de la individualidad desmesurada sino con cantos a aquellas acciones que por su naturaleza radicalmente colectiva, social, resultan desmesuradas, incluso para el individualismo mas desmesurado. Cantares en los que la dimensión trágica de todo heroísmo tendría que manifestarse en nuestra época no como desafío individual al destino ni como dolorosa constatación del abismo al que arroja a todo un pueblo la destrucción del templo de Jerusalén por las legiones romanas sino como contraste, como inconmensurabilidad irremediable, entre las limitadas posibilidades de conciencia y de acción de la individualidad aislada y la escala, la magnitud y complejidad de la acción social.
El NO. Global tour de Sierra puede interpretarse en primera instancia como la documentación de los motivos de rechazo radical a un mundo en el que son tantas las cosas que fuerzan a tantos a ejercer la clase de heroísmo puesta al descubierto por Brecht, el heroísmo del que simplemente intenta sobrevivir en un mundo hostil que le sobrepasa vertiginosamente. Un mundo que todavía otorga a Europa y América la condición de escenarios privilegiados del poder y por los que Sierra hizo circular en 2010 y durante meses un NO en forma de escultura puesta en la plataforma de un camión. La película b/n resultante tiene formato de road movie y en ella no hay ningún protagonista distinto de ese NO motorizado cuyo paso por los lugares y los escenarios antes mencionados es lo único que va hilvanando todo lo que ocurre durante las 2 horas y 5 minutos que dura su proyección. Pero si es sorprendente que el protagonista no sea un personaje sino una escultura - que bien podría representar el Gran rechazo del que hablara Herbert Marcuse a propósito de la actitud de los movimientos contestatarios de los años 60 del siglo pasado - sorprende todavía más a nuestra mirada largamente amaestrada por Hollywood que lo que ocurre en este filme no se corresponda ni al modelo de las acciones novelísticas ni cinematográficas al uso, ni a los acontecimientos al modo en el que estos últimos son producidos o manipulados por los media. Y por esta razón es por la que me atrevo a calificar los sucesos hilvanados en No.Global Tour de momentos poéticos, de topos que son a la vez tropos, que Sierra ha articulado sabiamente en los distintos episodios que componen su singular epopeya.
Tres observaciones adicionales para cerrar esta cala en una obra que merece más que un simple comentario. La primera para subrayar que en el audio de la misma la mezcla de las voces en italiano, alemán, holandés, inglés y castellano, resulta un homenaje quizás involuntario a la voluntad políglota que demostraron en sus obras Eliot y Pound. La segunda se refiere al papel estratégico que cumplen en la película tanto el pixelado de los rostros de las personas que han intervenido de una u otra manera en la producción y la realización de la misma, como por la inversión de los textos de la mayoría de los anuncios publicitarios que van apareciendo en los distintos episodios. La anulación de los rostros y la posibilidad de leer solo muy pocos de los anuncios emitidos por la publicidad omnipresente resultan singularmente reveladores. La última observación tiene que ver con ese heroísmo anónimo de nuestra época al que esta película ofrece la oportunidad de liberarse tanto del resentimiento tajantemente condenado por Nietzche y de la simple negación mística del mundo como de la patética cultura de la queja. .Viendo las poderosas imágenes de las autopistas, las ciudades y los puertos que ofrece esta extraordinaria epopeya audiovisual descubrimos de pronto que el mundo desaforado y grandioso, que con tanta frecuencia nos condena o nos reduce al estado de mero superviviente, es también y sobre todo un producto de un heroísmo anónimo que es nuestro. Y que es de todos.
[El NO. Global Tour se estrena en España en el Artium de Vitoria el viernes 25 de febrero de 2011]
Estoy de acuerdo contigo. He visto la película y es magnífica
ResponderEliminar