miércoles, 2 de marzo de 2011

El cementerio de los imprescindibles.


Así se titula la exposición de Mareta Espinosa abierta actualmente en la galería Edurne de El Escorial (19.02.11) cuyos cuadros y dibujos tienen todos el mismo tema recurrente: los neumáticos. Los neumáticos usados, desechados, rotos que se amontonan en esos desaforados vertederos que van salpicando la geografía del mundo al mismo ritmo en el que van creciendo las cifras de los que acumulan y que ya causan vértigo: 450 millones en los Estados Unidos de América, 250 millones en la Europa Occidental. Neumáticos que han sido elegidos deliberadamente como tema por esta notable y experimentada pintora para hacer una cala significativa en una civilización que como la nuestra puede calificarse sin más como la del automóvil. Y no solo porque en la raíz etimológica del ¨neumático ¨ está pneuma, el termino que griego clásico significa ¨ aliento, soplo¨ y que - tal y como recuerda Miguel Cereceda en un texto escrito para esta exposición - nombraba con propiedad para esos mismos griegos el principio vital. No. A estas razones y a otras que podrían igualmente citarse habría que añadir que los automóviles son la materialización del individualismo moderno, su modo preferido de existencia y de exposición, que sirve tanto de medio privilegiado de locomoción como de vehículo de nuestros sueños y nuestras fantasías de dominio de un mundo sobre el cual, desde el interior de un coche, siempre podremos arrojar una mirada panorámica. La mirada estética por antonomasia.

Los ominosos cementerios de ruedas condensan, sin embargo, la cara oscura de la centelleante civilización del automóvil de una manera que mucho más potente de lo que pueden hacerlo las cifras, siempre abstractas, siempre ajenas, que nos informan de los efectos perversos que producen en la atmósfera terrestre las emisiones de CO2 . Como afirma Cereceda en el texto antes mencionado y evocando la respuesta de Benjamin al fracaso del proyecto emancipatorio moderno: ¨ Carentes de vida, sin pneuma y sin alma de ningún tipo, los neumáticos arrojados y amontonados en el vertedero ejemplifican entonces en su desolación el signo dramático de nuestro tiempo. Solo siendo fieles a la amarga realidad de este fracaso podemos acariciar todavía la esperanza de una humanidad reconciliada. Tal vez se trate de un nuevo mesianismo, pero estos cuerpos yacentes aquí, sin vida, esperan también un día ser resucitados¨.



2 comentarios:

  1. Me parece increible que esta artísta haya encontrado un tema en los neumáticos. Los cuadros parecen muy interesantes y de gran calidad.

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  2. Comparto opinion. Hay que seguir adelante.

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