En la mañana (21.05.12) asisto a la rueda de prensa donde se presenta una rectificación de la tercera parte de la colección del Reina Sofía, la que Manuel Borja Villel ha llamado
¿La guerra ha terminado? Arte en un mundo dividido y que, en su formato inicial había excluido las obras de Eduardo Arroyo, Luis Gordillo y Darío Villalba que ahora si se incluyen. Rectificación saludable: es de humanos errar y de sabios rectificar. Y al medio día visito en la Fundación Canal
Cómplices del arte español, una colectiva curada por Rafael Doctor, que me ofrece el contraste de unas exclusiones difícilmente justificables y ciertamente irremediables. La exposición, aunque pequeña, tiene pretensiones de muestra representativa del estado actual del arte español, como lo corrobora el hecho de que Doctor haya invitado nada menos que a una nómina de 22 especialistas, integrada por críticos de arte, comisarios, gestores y coleccionistas, que fue la que eligió las obras incluidas. Pero esta nutrida nómina no ha garantizado esta vez la pluralidad. Es cierto que los críticos de arte somos muchos, quizás demasiados, pero se echa en falta que no se hubiera convocado a alguno de los tres más influyentes: Francisco Calvo Serraller, Fernando Castro Flórez o Rosa Olivares. Cierto, no puede descartarse que Doctor los haya invitado y que ellos sin embargo hayan rechazado la invitación. Entre ellos y el intrépido comisario ha habido más de uno de esos rifirrafes que en nuestro mundillo suelen convertirse en rupturas abisales. Pero si la ausencia de algunos de nuestros críticos más prominentes puede excusarse, no puede perdonarse en cambio que falten en esta muestra con pretensiones de representativa artistas como Miquel Barceló, Dora García, Marina Núñez o Bernardí Roig. Y no incluyo a Santiago Sierra, porque ya se que excluirlo es uno de los deportes que practican con mayor asiduidad nuestras instituciones artísticas, empezando por el propio Reina Sofía que sigue aplazando sine die la exposición individual que tiene más que merecida. Podrá pensarse lo que se piense de estos artistas pero resultan imprescindibles a la hora de componer una muestra del arte español contemporáneo que tenga un grado razonable de representatividad. Y la exclusión se hace más sangrante cuando se contrasta con la inclusión de obras tan deleznables como
Sphere 5, un cuadro de Adrián Navarro que, como suelen decir los taurinos, no tiene un pase.
Tampoco lo tiene
Calcinaciones, un cuadro de Jorge Galindo, quién ciertamente ha pintado cuadros mucho mejores que ese. El cuadro de Palazuelo es muy Palazuelo, o sea irremediablemente académico y por lo tanto no ofende a nadie. Y a mí menos. Lo que no se, en cambio, es porque Doctor no intervino como intervino para impedir que Pepe Espaliú estuviera representado por partida doble ni para decirle a Pablo Llorca que quizás no era tan buena idea la de elegir para esta muestra una fotografía anónima de un paisaje danés, que ni fu ni fa. Y aunque me gusta la mega foto de la antigua cárcel de Carabanchel hecha por Primoz Bizjak, me pregunto qué hace en una exposición de arte contemporáneo español. ¿Que ya no estamos para etiquetas nacionalistas? De acuerdo, pero entonces ¿porqué ponérsela a esta expo? Francesc Ruiz quizás lo tiene más claro. Sus galeristas catalanes eligieron para esta ocasión
Kiosk Downtown, una instalación que, como su nombre lo indica, consiste en un quiosco o puesto de venta callejera de diarios y revistas en el que todo el material impreso expuesto está escrito en inglés. Como los títulos de tantas y tantas obras de artistas españoles, jóvenes y no tan jóvenes, convencidos de que titulándolas en ese idioma tienen el éxito internacional prácticamente asegurado.
Carlos, totalmente de acuerdo con tus apreciaciones sobre esta exposición. Pero yo añadiría más, aunque entre los especialistas que eligen las obras expuestas hay una normalidad entre hombres y mujeres, desde luego entre los artistas no. Las artistas continuamos sin estar representadas solo hay 3 de 22. No existen ni Cristina Iglesias, ni Susana Solano, ni Eva Looz, ni Concha Jerez, ni siquiera Cristina Gª Rodero cuyo lugar ocupa un extranjero. En fin sin comentarios, esta exposición no representa más que al comisario, quién eligió a los que eligieron y desde luego no, al arte español contemporáneo.
ResponderEliminarTome usted nota Señor Jiménez, a Rafael Doctor le han hecho Obispo de Alcalá de Henares.
ResponderEliminarQuerido Carlos , me gusto leer tu articulo.Muy interesante tu punto de vista y todo lo que haces , un saludo a Mareta .
ResponderEliminarPsa Martina Castagna de Giustiniani
PS: espero veros pronto en Cabo negro.
Querido Carlos:
ResponderEliminarEstá muy bien el artículo, pero erra en lo principal y en lo que todos sabemos, y que cada vez es más evidente: el concepto curatorial es absolutamente ridículo y cualquier aspiración a ofrecer una panorámica del arte español a través de esta fórmula -que además está absolutamente viciada por tratarse de un guateque de amigos del Sr. Doctor- es ilusorio.
Esto no puede tener ninguna consideración intelectual y es una maniobra burda para tapar esas deficiencias intelectuales.
Es sorprendente cómo el tiempo pone rápidamente a cada cual en su sitio cuando ya no hay ni fantásticos presupuestos estatales ni esa 'cla' que todo lo tildaba de maravilloso de por medio.
Espero que con la crisis este tipo de nefastas exposiciones que no aportan nada, como mucho engordan el bolsillo del Sr. Doctor, desaparezcan por completo.
Pero, claro, este es un país de 'masocas': siguen mandando los mismos tres y la mayoría sigue callando. Así va el arte español.
Atentamente,
Paco Barragán
Paco,como tu mismo dices, la crisis es la llamada a poner las cosas en su sitio pero no estoy seguro de que lo haga finalmente y que cuando vuelvan las vacas gordas no tengamos que soportar de nuevo a los mismas en las mismas.
ResponderEliminarsi, estoy de acuerdo contigo Carlos, por que los mismos 4 ahora siguen agarrados al puesto, aunque no tengan o tengan menos presupuesto.
ResponderEliminarHay un articulo muy interesante del periodista David Jimenez titulado "el triunfo de los mediocres" que lo explica muy bien.
Y como no hay ninguna plataforma de critica pues todos los medios están desaparecidos o se callan vilmente o simplemente te silencian o te censuran, pues esto seguirá igual.
Todavía estoy esperando una reseña seria en algún periódico acerca de esta exposición de tan alto concepto curatorial.
Un saludo
Paco
Un saludo
Paco