La foto es de Kevin Lamarque, de la agencia Reuters,
y la publicó el diario El País de
Madrid (24.05.13) como mera ilustración de la crónica muy elogiosa que Antonio
Caño, su corresponsal en Washington, dedicó al discurso en el que Obama
prometió regular el uso mortífero de los drones, cerrar el penal de Guantánamo
y poner fin a la guerra sin fin contra el terrorismo. Y lo que la foto enseña
es un ángulo de un mitin de solidaridad con los presos en ese penal, que
adelantan desde hace semanas una huelga de hambre para exigir su liberación. En
ese ángulo se una gran foto del propio Obama, acompañada de lemas, y al
pie de la misma un varón blanco, presumiblemente wasp, con la cabeza rapada,
gafas de sol y vestido con la misma clase de uniforme naranja que usan los
penados en Guantánamo y en el resto de las cárceles americanas. En las manos
sostiene una pancarta en la que se lee: John
Pope. In day [11] of Hunger Strike.
El resto del texto no se puede leer con claridad, aunque si el cartel que lleva
colgado del cuello otro manifestante, vestido con el mismo uniforme
penitenciario y con la cabeza cubierta con una capucha negra: Free Guantanamo Hunger Strikes.
Y claro, uno piensa que esos activistas son la sal
de la Tierra, los justos cuya intrépida
protesta salva del definitivo
hundimiento en la ignominia a una sociedad que, con el pretexto de la ¨ guerra
contra el terrorismo¨, ha consentido sin
excesivas protestas las agresiones bélicas que han sumido en el caos, la ruina,
la muerte y la desesperación a Afganistán, Pakistán, Iraq, Yemen…Por hombres
como ellos, uno piensa que las lecciones de desobediencia civil de David
Thoreau y el anti imperialismo de Mark Twain no fueron en vano. Que todavía, y
a pesar de la abrumadora eficacia de los medios de persuasión de masas
americanos, hay en ese país gente que piensa con cabeza propia y considera que
su libertad ya no es tal si consiente que el Gobierno detenga a la gente
indefinidamente y sin que medien la formulación de cargos, el debido proceso, fiscales y abogados defensores, un código
penal previamente establecido. Y el Habeas Corpus, desde luego.Que la acusación de ¨ terrorista ¨ por mucho que la profieren las más altas
instancias del poder no te convierte de suyo en terrorista. Que esa acusación,
como cualquiera otra acusación, debe ser probada más allá de cualquier duda razonable.
A esta virtud republicana habría que añadir el
compromiso con el destino común de la humanidad, que les impide a este puñado
de activistas pasar por alto u omitir la violación sistemática de los más
elementales derechos humanos de las que han sido víctimas los penados de
Guantánamo simplemente porque no son ciudadanos americanos. Porque son musulmanes que, para más inri,
pertenecen a pueblos y etnias que por su turbia naturaleza no comprenden qué es la libertad y jamás
podrán comprenderlo. Los citó Ernst
Hemingway en el encabezamiento de la novela que dedicó a la guerra civil
española y yo cito aquí nuevamente estos versos ineludibles de John Donne:
Ningún hombre es una isla / La muerte de cualquiera
me afecta porque soy parte de la humanidad/ Por eso nunca preguntes por quién
doblan las campanas/ Doblan por ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario