En su libro El
tiburón de los doce millones, Don Thompson cita el caso de Clinton
Boisvert, estudiante del School of Visual Arts de Nueva York, que en 2003 y
ante la demanda de una obra que plasmara la forma en la que la emoción que
despierta el arte impacta en la vida de las personas, respondió con una
intervención en el subway.¨ Boisvert creó tres docenas de cajas negras – relata
Thompson - cada una con la palabra ´Miedo´
grabada en ella. Cuando acababa de ocultar la última de ellas en las estaciones
del metro de Nueva York fue arrestado. Una docena de estaciones fueron
precintadas durante varias horas mientras las patrullas de policía recuperaban
las esculturas. Boisvert fue condenado por imprudencia temeraria, pero obtuvo
un ´sobresaliente´ en su proyecto¨.
A mi esta obra me parece política aunque no en el
sentido que habitualmente atribuimos a la política en las democracias
parlamentarias que hegemonizan la política en el mundo, fijándole contenido, fines, límites. Y ni siquiera en el sentido
que solemos atribuir a la expresión arte político. La conducta de la policía
ante la obra de Boisvert indica claramente que la consideró amenazante y hasta
peligrosa. ¿Pero por qué razón? ¿Porque creyó que cada una de esas cajas era
una bomba y que habían sido distribuidas por distintas estaciones del metro con
el fin de producir una cadena de explosiones simultáneas y causar una auténtica
masacre? ¿Y creyó eso a pesar de que el aspecto siniestro de las cajas las
hacía extremadamente llamativas, al contrario de lo que suelen ser las bombas
utilizadas en los atentados terroristas en sitios públicos de los últimos años,
camufladas en mochilas u ocultas en coches comunes y corrientes? Es posible,
pero no creo que sea la única respuesta posible porque me parece que si algo
condensó la obra de Boisvert no fue tanto la clase de emoción que el arte causa
normalmente en su público como el miedo difuso que se ha apoderado de la ciudad
de Nueva York, aunque no solo de ella. El miedo a un ataque terrorista que no
cesa desde el 11- S y que desde entonces ha sido continuamente alimentado por
el gobierno de Washington con la intención de utilizarlo como argumento
incuestionable para justificar y legitimar las medidas legales y las
estrategias políticas que suspenden de hecho la vigencia de la Constitución
americana y le permiten hacer la guerra a discreción.En suma para justificar la interminable ¨ guerra
contra el terrorismo¨, que todavía padecemos.
Ese miedo cumple evidentemente un importante
papel político y sin embargo la democracia parlamentaria no lo incluye
expresamente entre los que considera sus
medios e instrumentos propios o por lo menos coherentes consigo misma. Por esta
razón es anómala, como también lo es porque su carácter de instrumento del
poder político – al igual que la racionalidad
que la política moderna predica de sus instrumentos característicos - queda enmascarada por el poderío arrollador de
su componte pasional: el miedo. El miedo que ciega el juicio, doblega la
voluntad y descomponen al pueblo, a la multitud o a cualquier otro sujeto
político colectivo, transformándolo en una muchedumbre aterrorizada.
¿Pero qué es lo que hizo Boisvert con ese miedo? Evidentemente
lo conjuró. Y en el doble sentido del término ¨conjurar ¨: invocar y a la vez
exorcizar. Lo invocó repartiendo sus cajas por el subway, a sabiendas de que su
aspecto siniestro habría de despertar el miedo latente, como una radiación de
fondo, en la psiquis de los innumerables usuarios de dichas estaciones. De seguro
que algunos de ellos fueron los que alertaron a los guardias del metro o a la
propia policía de unos paquetes sospechosos que bien podría ser bombas
dispuestas para un atentado terrorista. Ante esas denuncias la policía cumplió
a rajatabla el papel que se espera de ella en el marco de la guerra contra el
terrorismo. El terrorismo - tal y como está definido actualmente por el gobierno
de Washington - es un fenómeno sin fisuras o, mejor, una versión laica del mal absoluto que por
serlo no tiene historia ni origen ni porvenir y cuyo único contacto con la
contingencia y la fragilidad de la vida se da en términos de posesión demoníaca
del cuerpo y el alma de un grupo específico: los islamistas radicales. Y de cuyos
inesperados golpes mortales solo podemos intentar resguardarnos extremando cada día más
las medidas de control preventivo, que es la versión doméstica del ciclo de
¨guerras preventivas ¨ inaugurado con la guerra de Iraq. Esas cajas negras y
enigmáticas no podían ser más que bombas, pensó la policía y actuó en
consecuencia. Y el juez corroboró el miedo de la policía condenando a Boisvert
por ¨ imprudencia temeraria¨.¿La imprudencia de despertar el miedo sin atender a la agenda y a los medios y
canales actualmente instituidos para despertarlo? ¿Sólo la Casa Blanca es
prudente cuando lo despierta?
Boisvert exorcizó el miedo mediante el
descubrimiento de que las tales bombas no eran bombas ni nada que lo pareciera
y que por lo tanto la alarma de los transeúntes y de la policía atemorizada era
infundada. Todo había sido una parodia, una falsa alarma que habría desencadenado el mecanismo liberador de la
risa en todos los concernidos de no ser porque jueces, policías y moralistas
castigan, como si de alguna manera fueran cómplices, a todos los que se toman a
la ligera la guerra contra el terrorismo. Esa de cuya interminable amenaza
parece que ya nada podrá liberarnos.
ResponderEliminarInvitación - E
Soy brasileño.
Pasei acá leendo , y visitando su blog.
También tengo un, sólo que mucho más simple.
Estoy invitando a visitarme, y si es posible seguir juntos por ellos y con ellos. Siempre me gustó escribir, exponer y compartir mis ideas con las personas, independientemente de su clase Social, Creed Religiosa, Orientación Sexual, o la Etnicidad.
A mí, lo que es nuestro interés el intercambio de ideas, y, pensamientos.
Estoy ahí en mi Simpleton espacio, esperando.
Y yo ya estoy siguiendo tu blog.
Fortaleza, la Paz, Amistad y felicidad
para ti, un abrazo desde Brasil.
www.josemariacosta.com
Hola Carlos, no me conoces soy de Madrid y voy a exponer en el Centro Cultural Quinta del Berro, me gustaría invitarte a la inauguración el día 3 de octubre sobre las 19:00h. No he pedido encontrar tu correo por eso te lo mando en este comentario y como supongo que estarás muy ocupado y no queriéndote robar tiempo te mando mi página web en donde podrás ver las obras que voy a exponer. Solo pretendo que como crítico de arte, me des alguna pincelada suave. Muchas gracias de todos modos.
ResponderEliminarMarisa Pérez (Aqane)
www.marisaperez.com
Centro Cultural Quinta del Berro
tfno. 915570807/08
c/ Enrique D'Almonte 1
Madrid 28028
Gracias Carlos por tu acierto al hablar de lo que no se habla.
ResponderEliminarLa obra de Clinton Boisvert habla del miedo en NY.
Veamos las cifras del miedo en España
SECURITAS DIRECT ESPAÑA
Ventas 2011 339.652.000
Ventas 2010 315.507.617
http://www.daryavonberner.net/en/6-sculpture-not-merely-with-him