El mundo del arte londinense ha
celebrado con euforia la realización de la más reciente edición de Frieze, la feria de arte fundada hace
diez años por Mathew Slovoter y Amanda Sharp, editores desde entonces de la
revista homónima Frieze. Este año la
novedad la aportó el extenso programa de
actividades artísticas de la Frieze
Foundation, inaugurado al mismo tiempo que una feria que desde el año
pasado se desdobló en Frieze London y en Frieze Masters. Convencido de que el crecimiento espectacular de
esta notable cita comercial ofrece claves significativas sobre el estado actual
y las tendencias del mercado del arte internacional - y por ende del arte mismo - he entrevistado a
Francesca Bellini, joven y brillante analista del mercado del arte
internacional, asentada en Londres.
¿Cuál es tu balance global de la edición de Frieze que acaba de terminar?
Voy a hacerle un pequeño cambio a tu pregunta, cambiando “edición de Frieze” por “semana de Frieze”. La tercera semana de octubre
en Londres es quizás la semana del año más dinámica en el mundo del arte.
Inauguran Frieze London y Frieze Masters acompañadas de un puñado
de ferias satélites. Además están las subastas de arte contemporáneo de otoño,
que son de las más prestigiosas del calendario anual de subastas. Y por
supuesto el mercado institucional aprovecha el momento para inaugurar sus
exposiciones “Blockbuster”.
No es Frieze necesariamente sino más bien la semana entera, una especie
de barómetro que mide la salud del mercado del arte. Sin embargo, para ser
breve en mi respuesta, te diré que con base en Frieze, el balance general es que el mercado del arte hoy es
saludable y se ha recuperado plenamente del coletazo del 2009 que causó la
crisis financiera con la quiebra de Lehman Brothers. Frieze
mantuvo el sentimiento positivo que ya se sentía en junio de este año en Art Basel. En ninguna de las dos ferias
se sintió la negatividad ni el pesimismo que se sentía en ambos eventos el año
pasado. La extravagancia ha regresado: Gagosian, por ejemplo, exhibió solo tres
esculturas, de las cuales Sacred Heart tenía un precio superior a los 20 millones de
dólares.
¿Ha
funcionado la idea de desdoblarse en Frieze
London y Frieze Masters?
La feria no se ha desdoblado. Lo que
hicieron Mathew Slotover y Amanda Sharp fue aprovechar la reputación
consolidada de la marca Frieze para
crear una feria que cubriera un nicho de mercado que estaba siendo
desaprovechado. Las preocupaciones el año pasado eran precisamente si esta
decisión funcionaría, si el mercado podría absorber una feria más o si Frieze estaba tentando el suicidio al
expandirse con Frieze Masters y
Frieze NY, etc. Al final, lo que vimos este año fue una Frieze Masters que aumentó su tamaño en 30 galerías, así como sus
ventas reportadas. Frieze London
también tuvo más participación de galerías que el año pasado. Por lo pronto esa
decisión ha probado ser un éxito. Ya uno no se atreve a pronosticar mucho del
mercado del arte, que ha dado suficientes pruebas de que puede superar
completamente nuestras expectativas y limitaciones.
¿Cuál
de estos dos segmentos del mercado ha respondido mejor a la doble oferta de la
feria?
Esta pregunta no se puede contestar a
menos que tuviéramos acceso al balance de ventas de cada galería. Ya que el
mercado del arte es uno de los menos transparentes del mundo – o como decía
Robert Hughes “el segundo menos transparente después de la droga”. Falta mucho tiempo para que tengamos acceso a
esta información.
Lo que si te puedo decir es que Frieze London parecería haber sido la
mejor campaña publicitaria que pudo tener Frieze
Masters. Con los precios del arte contemporáneo disparados de manera
espectacular, vimos un interés renovado por los grandes maestros, los cuales
irónicamente se pueden conseguir hoy por unos precios mucho más razonables.
Incluso hay galeristas que han reportado que los coleccionistas jóvenes les
preguntaban si estaban seguros que a los precios no les faltaba un 0 al final. Ya hablé del precio
excepcional del¨ corazón¨ de Koons : pues la pieza más “importante” en Frieze Masters era un Brueghel el Joven cuyo precio de venta fue de
6 millones de dólares. Obviamente te estoy hablando del segmento más alto del
mercado pero lo hago porque este segmento es el que hoy mueve el modelo de
negocio de las ferias más importante del
mundo. En otras palabras, una feria como
Frieze sobrevive sin los Focuses,
los Frames y los Spotlights, pero no sobreviviría sin el pabellón principal que
ofrece este tipo de obras. De cualquier
manera, la idea de las colecciones cruzadas de arte contemporáneo, arte
renacentista, objetos medievales y hasta del neolítico me parece fascinante. A
eso le apuesta la formula Frieze London
y Frieze Masters.
¿Qué
piensas del criterio y de la fecha - año 2000 - con la que Frieze ha dividido el arte contemporáneo del arte de los
maestros?
Cuando Frieze tomó la decisión de presentar obras realizadas a partir del
2000 no pretendía establecer una división entre el arte contemporáneo del arte
de los maestros. La propuesta de ellos en su momento fue la de presentar arte
“cutting- edge”, es decir lo ultra vanguardista dentro del arte contemporáneo.
Mejor dicho, podríamos decir que se trataba más bien de dividir el arte
contemporáneo del arte ultra contemporáneo. Lo que pasa es que 13 años después,
el tiempo cambió esa naturaleza y estoy de acuerdo contigo en que hoy ese
criterio se entiende como una definición de lo que es arte contemporáneo. Ahora bien, la falta de consenso sobre qué es el arte contemporáneo es fascinante. Para Sotheby´s hay dos etapas del arte contemporáneo, la primera entre 1945 y 1970, y la segunda a partir de 1970. Christie´s en cambio el arte contemporáneo es aquel producido en 1970. Esta semana leía el último informe de Artprice que decía que arte contemporáneo es el arte producido por artistas nacidos a partir de 1945. Para Frieze es el 2000 y así…
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