Visito la exposicion de Mireia Sentis en el Círculo de Bellas Artes de Madrid(26.09.08) y pienso que se la debíamos sin realmente merecerla. Lo dijo Felipe González en una entrevista: ¨ Prefiero morir apuñalado en el metro de Nueva York que de aburrimiento en Moscú¨. Y lo dijo como presidente de gobierno y como militante socialista obrero y español e igualmente en consonancia con la pasion de la juventud madrileña de entonces por Nueva York. Ellos querian, todos queriamos, todos queremos aún, morir apuñalados en el metro de NYC. Incluso ahora que, con tantísimos controles, ya no Dios que lleve en ese metro ni la navaja más inofensiva en el mas recóndito de los bolsillos. Es por esta razón que afirmo que los madrileños le debíamos a Mireia Sentis una exposicion tan ambiciosa como esta, a quién lleva no sé cuantos años en Madrid mostrándonos con su trabajo de artista, de fotógrafo, de escritora, editora y curator - y con una amor y una constancia admirable - cómo es Niuyork. No la de los tópicos turísticos, la de un Wall Street ahora tan maltrecho, ni siquiera la de del maim stream del arte contemporáneo, por cuya actualidad mueren hoy tantos jóvenes artistas madrileños en el ahogo de sus estudios destartalados o minúsculos. No, la Nueva York que Mireia nos ha traido a casa con su obra es otra, con otra historia y otros personajes, con otras escenografias. La Nueva York que - despues que el MoMA, el Guggenheim y las opulentas galerias robara en Europa la idea del arte moderno - fue asaltada por una multitud juvenil anónima y desafiante que protagonizó en los 60/7o del siglo pasado la revolucion cultural mas potente que haya tenido lugar en Occidente desde el romanticismo por lo menos. Era los años de la resistencia militante a la guerra del Vietnam, la contracultura y la psicodelia, las feministas y los gay, los blackpanthers, los neorricans, la salsa y el multiculturalismo, protagonizada por personajes tan intensos y tan distintos entre si como Gordon Matta Clark, Abbie Hoffman o Rod Serling. De todos ellos - y de unos cuantos - más dió cuenta Mireia en ´ Al límite del juego ´, un libro espléndido que es tanto una cronica de tiempos exepcionales como la bildungroman soterrada de una niña bien de Barcelona, educada en Paris, Oxford y Florencia, que un día desembarca en Manhattan y se da de bruces con Charlotte Moorman despachando invitaciones para el festival de arte mas estrafalario entre todos los que habia visto en su vida.
¿ Que porqué no merecemos esta exposición? Porque a pesar de los tantos años que Mireia ha bebido el agua y ha respirado el mismo aire que nosotros apenas le hemos hecho caso. Puedo equivocarme pero creo que tanto ´Al límite del juego ´como ´En el pico del águila ´ no han tenido la recepción crítica que merecian, que todavía merecen. Y sus sucesivas exposiciones de fotografia en la galeria Moriarty tampoco han tenido el buen recibimiento que merecián. Espero que con esta del Círculo, comisariada por Aurora Fernández Polanco, no se repita el desencuentro.
La intervención de Theo Firmo
Hace 13 años
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