Otro premio español para Antoni Muntadas. Esta vez el Premio Velazquez (14.05.09), que no se si sobrepasa en prestigio al Premio Nacional de las Artes, que tambien le concedieron, aunque si sé que lo supera en cuantia: 125.000 euros que en estos ´tiempos de penuria ´son muchos mas euros de lo que eran hasta hace bien poco. Premio merecido, en cualquier caso, porque Muntadas lleva sin parar treinta y tantos años en la brecha, haciendo un arte arriesgado, de anticipación y con frecuencia pionero. Y no sólo con respecto al contexto de la escena artística española donde - después de un titubeante arranque pictórico - se dio a conocer en los años 70 como artista dispuesto a interrogar y escenificar, utilizando el video, las instalaciones y la fotografía, los nuevos fenómenos culturales y las relaciones de poder implícitas en la nueva y en las viejas culturas y en el mundo especifico del arte. Muntadas, como Francesc Torres, como Antoni Miralda o como Eugenia Ballcels - para mencionar sólo a algunos de sus compañeros de generación catalanes - es un hijo de la revolución cultural generada en América por los movimientos de protesta contra la Guerra del Vietnam, quizá la más importante desde la promovida en los siglos xviii /xix por el romanticismo, por su intención de subvertir radicalmente los modos de vida, de subjetivación y de acción política previamente dados. Eso para no hablar del arte que entonces transgredió todos los límites y fronteras que le constreñían para involucrarse como un medio singularmente eficaz de ejercer en los hechos la critica de la racionalidad instrumental, el orden patriarcal, la cultura de la guerra y las tempranas manifestaciones de la manipulacion masmediática de la consciencia colectiva. Y como un medio, además., de contribuir a los movimientos de emancipación de los afros, de las mujeres y de los homosexuales. Muntadas aterrizó en el Nueva York que, junto con California, era uno de los epicentros de esa extraordinaria conmoción cultural e hizo suyos algunas de sus logros básicos, sabiendo encontrar en ellas respuestas inéditas a los cambios experimentados en la sociedad a escala planetaria por la contrarrevolucion reganiana, la posmodernidad y la globalización que vinieron despues. Y que hoy están en crisis. Quizá el mejor homenaje que podriamos hacer a su vasta y compleja obra sea el de revisitarla cuidadosamente, buscando en ella claves, indicios, anticipaciones fecundas capaces de ayudarnos a asumir la tarea de hacer arte ahora que las utopías posmodernas se han derrumabado tan catastróficamente.
Un premio merecido
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