sábado, 22 de agosto de 2009

El Anti Cristo de Lars von Trier

El Anti Cristo de Nietzche era claramente anticristiano: venia a denunciar como mero debilitamiento de las energías y los impulsos vitales al amor al prójimo, la piedad, el ofrecer la otra mejilla y el sacrificio de la propia vida en aras de la fe. O sea al cristianismo. ¿ Pero es de esa misma clase el anticristianismo expuesto por Lars von Trier en ´ El Anti Cristo ´ su mas reciente pelicula? ¿ O está más cerca del anticristianismo del Marques de Sade que, en contra de la creeencia franciscana en la bondad de la naturaleza, sostenía que ella es la encarnacion del Mal porque tiende espontáneamente a realizar los actos que los humanos solo por debilidad o hipocresía calificamos de crímen o de crueldad cuando nosotros mismos los realizamos? Pienso que la película del célebre director de cine danés parece estar mas cerca de Sade que de Nietzche porque en su pelicula es Ella, la protagonista, la que realiza en contra de su marido y de sí misma los actos mas terribles obedeciendo a unos impulsos de destruccion y autodestrucción que Sade calificaría de enteramente naturales y por lo mismo aplaudiria sin ninguna objección. Ella obedece a su propia naturaleza - y no a la razón agenciada por su marido en la terapia a la que la somete - cuando le taladra a él una pierna o se corta ella misma los labios del coño con un afilado cuchillo.
Existe, sin embargo, otra posibilidad de interpretar el anticristianismo de von Trier que tiene, además, la ventaja de incorporar la constante presencia de los animales en la película, que empieza con el osito de peluche que acompaña en su caida al vacío al hijo de la pareja protagonista y termina con la trilogia formada por un ciervo, un zorro y un cuervo que asisten como mudos testigos al epilogo de este drama atroz. Esa intervencion recurrente de los animales evoca lo que el filósofo Gustavo Bueno ha calificado de renacimiento de la fase primaria de la religión en el seno de su fase actual, que es la fase terciaria, la del Dios de los filósofos, único e incorpóreo que ni habla ni escucha. La fase primaria estaba dominada por la relacion de los hombres con una clase animales, dotados de voluntad y entendimiento, a los que habia que engañar, obedecer o matar. En su actual renacimiento la religión que diviniza a los animales está tan profundamente contaminada por el cristianismo que ha convertido a los animales en objetos de un culto piadoso, obliterando en ellos esa propension a la agresion despidada que para Sade era el sustrato natural de los impulsos malignos de la humanidad. De alli la existencia de las sociedades protectoras de animales y el auge del activismo y la audiencia de los partidarios de la prohibición de la caza de focas y la pesca de ballenas y de la supresión definitiva de las corridas de toros, ese espectáculo afrentoso del maltrato y la sevicia. De allí también el activismo radical de los frentes de liberación animal que prefiren los animales a los hombres y eixgen el fin de lo que ellos mismos llaman ´ el especismo ´, que privilegia la especie humana entre todas las especies animales existentes. Es contra esta animalismo renacido y a la vez transformado contra el que se insubordina von Trier evocando la faceta sádica de la naturaleza animal en algunas escenas muy reveladoras, entre las que sobresale aquella en la que un zorro - o un lobo, no estoy seguro - sorprendido por el marido en el gesto de arrancarse a dentelladas sus propias entrañas sentencia: ¨ Es el caos ¨.
El blanco principal de la arremetida de von Trier es, sin embargo, el propio feminismo. Y mas precisamente, esa versión victimista del feminismo que reduce la historia de la humanidad a la historia de los interminables sufrimientos de la mujer, víctima en todas las épocas de las peores opresiones e ignominias. Esa historia que Ella, la protagonista, intentó captar en una investigacion histórica fallida bajo el concepto de Gynecidio antes de que la muerte (¿ o el suicidio ?) de su pequeño hijo la desquiciara hasta tal punto de llevarla a someter al padre de la creatura a los mas crueles tormentos. Ese victimismo es igualmente cristiano si es que el cristianismo es también el culto a la víctima bajo la figura de la victima por excelencia de la injusticia y la maldad humana: Cristo. Pero pertenece igualmente a la historia del cristianismo - que para Nietzche recapitula las incontables traiciones de la Iglesia a las enseñanzas de Cristo - la cacería de brujas: esas mujeres poseídas por satanas o complices suyos que, en el Medioevo, eran quemadas en la hoguera como otras tantas encarnaciones del mal. Que es exactamente lo que hace su marido con el cadaver de Ella despues de estrangularla, convencido finalmente de que el desquiciamiento de la psiquis de su esposa no fue mas que el afloramiento de su naturaleza esencialmente maligna.

3 comentarios:

  1. Hay una escena de ella recordando el momento donde el niño justo sube a la mesa atraído por los copos de nieve, que para mi entender ella ve a su hijo subirse a la mesa y sigue follando y luego le ve como se tira por la ventana, y ella no hace nada por evitarlo.
    Es su culpa lo que le hace atodestruirse. Porque parece tener ataques de locura para luego volver y vuelve con la culpa y esto a su vez acrecienta su locura.
    Como su sadismo con el niño con el tema de los zapatos ,que se los pone al revés provocandole daño.

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  2. Un blog genial Carlos. Me gustaría poder añadir un post en el mío recomendando que se lea.

    Un abrazo

    María Gimenez

    www.mariagimenez.es

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  3. Tu análisis es muy interesante y muy acertada la observación del victimismo común al cristianismo y al feminismo. Salí del cine pensando en ello pero no había caído en cómo el terapeuta cierra el círculo del sacrificio al quemarla como a una bruja.

    Sigo tu blog desde hace poquito pero me he enganchado. Enhorabuena y saludos.

    Patricia Bordonaba

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