jueves, 13 de agosto de 2009

Imágenes y palabras.


Nietzche dejó escrito en alguna parte que no había tarea mas importante ni asunto más apasionante para la filosofia que el de los lugares comunes. Y si lo cito ahora es porque cuando esta mañana ví la foto publicada en la edición de hoy del diario El País (13.08.09) para ´ilustrar ´un articulo dedicado a los episodios mas recientes de la guerra de Afganistán, lo primero que se me vino a la cabeza es el dicho popular para el cual una imágen vale mas que cien palabras. O mil, da igual. Y es que la foto no tiene desperdicio, porque en su escueta contundencia visual condensa la lógica infernal de esta guerra sin fin mas que cientos de editoriales y noticias saturados de palabras y mas palabras que no termina de completar la cuadratura del círculo y explicar porqué las principales potencias militares del planeta - con USA a la cabeza- no logran al cabo de seis años larguísimos acabar de una vez por todas con los taliban, esos demonios tan ubícuos como malignos. La estética de esa foto - dulcemente engamada en amarillos y ocres, con una composición simétrica sutilmente corregida por la intensidad de la luz que va creciendo de izquierda a derecha - evoca a Morandi, el extraordinario pintor de bodegones de la primera mitad del siglo xx. Pero la foto es mas que un acontecimiento estético: es el lugar de una epifanía: la de verdad de la guerra en Afganistán. La misma que se resiste a todos los cálculos de los militares de Occidente y a tantísimas interpretaciones de las ´fuentes generalmente bien informadas ´ de ese mismo Occidente, porque opone a ese soldado de la coalición internacional armado hasta los dientes y situado en un extremo de la foto, a ese afgano sentado en el suelo contra la pared, vestido con una túnica blanca y con las manos atadas a la espalda y los ojos vendados con un pañuelo rojo. El soldado de la foto va muy armado pero aún si le dieran armas todavía mas letales es muy difícil que vaya a ganar su guerra si insiste en humillar a sus habitantes como de hecho él está humillando y en su propia tierra a ese sospechoso de ser un talibán.

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