Lo confieso: ví y sobre todo interpreté el capitulo de la serie televisiva House, emitido el miercoles pasado (12.08.09), en clave politica. Y no creo que lo haya hecho obligado por mis
irremediables impulsos paranoicos, porque la trama de ese capitulo contiene suficientes motivos como para a cualquier lector le de por esta clase de lectura. El primero, el más potente, el ´ derrocamiento ´ del doctor House y su reemplazo por el doctor Eric Foreman en la jefatura del equipo médico coprotagonista de la serie, que es un acontecimiento que dificilmente puede eludir una lectura politica, aun sabiendo que ese reemplazo fue planteado por la superiora de ambos médicos como pasajero y motivado exclusivamente por el deseo de la dirección del hospital de bajarle el perfil institucional al doctor House mientras sigue su curso normal una demanda contra el propio hospital que lo involucra. Pero ya me diran ustedes sino tiene miga que en una de las serie estelares de la programación de la FOX un negro - o un afroamericano para ser cuidadosamente ortodoxo - sustituya en la direccion a alguien que más que un simple wasp es un autentico británico, y no sólo porque el interprete sea de hecho el actor británico Hugh Laurie sino porque el productor del programa David Shore, ha reconocido publicamente que se inspiró en el dectective Sherlock Holmes para componer su personaje. Un negro al mando en el equipo, un negro mandando a House, mandando en la serie House: ¿ no es esta una buena metáfora de lo que significa aquí y ahora Barack Obama en la ( White) House? Y luego está el conflicto entre Foreman - interpretado por el actor neoyorquino y antiguo rapero Omar Epps ( sí Omar, como Barack: nombres musulmanes ) - y House, que no se resigna ni por un solo instante a que Foreman realmente mande. Y menos aún, a que lo mande a él. Y que para demostrarle a Foreman que su mandato no es mas que una pantomima dictada por conveniencias políticas se empeña en derrotarlo en el mismo terreno donde se supone que Foreman es mas fuerte: la neurología. El motivo de esta feroz disputa por el poder es el diagnóstico de una paciente que, como es norma de la serie, resulta muy problematico y que da lugar a que House insista hasta el mismísimo final del episodio en la existencia de una dolencia neurologica que Foreman - el especilista en el tema - se niega a reconocer. Al final, los espectadores descubrimos que ninguno de los dos diagnósticos era el acertado pero que si lo es el formulado in extremis - cómo no - por House. Nuestro heroe siempre mal afeitado, cojo, adicto al Vicodín y que nunca se pone el aseptico uniforme médico reglamentario porque, como sentencia Foreman ´ es un anarquista ´, se sale con la suya. Foreman tendrá de momento el mando pero es él, Gregory House, quién siempre sabrá qué es lo que hay que verdaderamente hacer cuando se está al mando.
¿ Como no relacionar este episodio con lo que está pasando actualmente en la escena politica americana marcada por el enfrentamiento entre Obama y los enardecidos opositores a la reforma precisamente del sistema de salud americano, el más caro e ineficiente del mundo desarrollado? ¿ Cómo no ver en el ´ anarquismo ´del doctor House la encarnación siempre victoriosa de la clase libertad de la que quieren seguir gozando las compañías de seguros de salud americanas, cuyo virtual monopolio les permite hacer con sus clientes - que además son sus pacientes - lo que les viene en la real gana? Y ¿ cómo no advertir que es al hirsuto antiautoritarismo del doctor House al que apela como al mejor argumento subliminal la republicana Sarah Palin cuando - en un video colgado esta misma semana en Facebook - convoca a los americanos a oponerse con todas sus fuerzas a una reforma sanitaria que, de implantarse, los condenaria a todos a ´enfrentarse al comité de la muerte (sic) de Obama para que sus burócratas decidan (...) si merecen seguro médico ´? Burócratas que muchísimos televidentes supondran que son como el doctor Foreman, que por muy especialista y por mucho que le hayan concedido el mando, no tiene nada que hacer frente a la audacia, la intuicion y el arrojo del doctor House. ¡ Y Obama quiere dejarnos en manos de ese burócrata timorato ! ¡ A les armes citoyens !
La intervención de Theo Firmo
Hace 13 años
Casualmente ví este episodio y gracias a su comentario le he podido dar otra lectura
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