martes, 8 de septiembre de 2009

Los colores de la Historia.

¿ Tiene colores la historia? ¿ Tiene colores el relato histórico, en cuanto tal relato y por relato distinto y distante de los acontecimientos del pasado que retiene narrándolos? La pregunta jamás se me habia ocurrido hasta que anteayer (06.09.09 ) vi los dos primeros capitulos de Apocalipsis, una serie televisiva coproducida por el National Geographic Channel y la empresa francesa CC&C, dedicada a narrar con imágenes los principales episodios que determinaron el curso de la II Guerra Mundial. Los capitulos, desde el punto de vista de su contenido histórico, no resultaron sin embargo gran cosa para alguien como yo que se ha pasado media vida leyendo libros de historia sobre esa incalculable tragedia humana escritos por americanos, británicos, franceses y soviéticos e incluso por españoles. Pero los dos capítulos representaron para mí la novedad de que todo el material emitido era en color y no en blanco y negro, como era lo habitual en las emisiones y proyecciones de documentales sobre esa (in) evitable catástrofe. Cierto, en Stalingrado o en Salvar al soldado Ryan - para citar sólo dos peliculas relativamente recientes - las imágenes eran tambien en color y no en blanco y negro pero ambas, con todo y su extraordinaria verosimilitud, son obras de la ficcion cinematográfica, reconstrucciones con actores, extras, camaras y escenarios contemporáneos de batallas ciertamente históricas cuyo registro documental siempre habiamos visto antes en blanco y negro. La verosimilitud de las imágenes de Apocalipsis aumenta extraordinariamente con respecto a las imágenes documentales originales por el simple hecho de estar en color y porque sabemos ademas que son originales aunque esos originales ya hayan sido coloreados. La impresión sensible - sumada a la certificación igualmente indudable del caracter documental de las imagenes que la causan - produce un efecto de hiperrealidad que no nos lleva sin embargo a concluir - como concluyó Jean Baudrillard a propósito de la Guerra de Irak - que la II Guerra Mundial no existió, que sólo existió o - mejor - que sólo existe el seductor simulacro que nos está ofreciendo ahora National Geographic. El subyugamiento de nuestra imaginacion y de nuestra consciencia por el poderío fascinante de las imágenes no llega nunca hasta el punto de que anulemos la intuicion o por lo menos la irremediable sospecha de que existe una realidad mas allá de las imagenes. Pero la relacion entre los colores y la historia adquiere una dimension adicional y mas pregnante cuando sabemos por boca de Sidney Suissa - responsable de contenidos de National Geographic - que sólo el 10% de las imagenes emitidas en la serie eran originalmente en color y que el resto se coloreó electrónicamente, con excepción de las imagenes entresacadas de los documentales de época de lo que sucedía en los ghettos y en los campos de exterminio de los judios europeos puestos en funcionamiento por los nazis. La Fundación Shoah no ha querido que se toquen - explica Suissa - ´ para no dar argumentos a los negacionistas ´. El argumento resulta por lo menos cuestionable cuando se piensa que los argumentos elaborados por los historiadores que niegan la existencia o la mortifera amplitud de los planes hitlerianos de lograr mediante el exterminio ´ la solución final del problema judío ´no toman en cuenta que las imágenes de la aplicacion de esos planes disponibles hasta la fecha fueran o no en blanco y negro. ¿ Entonces porqué temen portavoces de la Shoah que se coloreen las imágenes documentales de los acontecimientos históricos que ellos intentan convertir en acontecimientos exclusivamente escatologicos con su insistencia en nombrarlos como shoah o como holocausto ? ¿ Es acaso porque para ellos solo si esas imágenes se conservan en blanco y negro mantienen su estatuto de verdad única e inobjetable? Sagrada, en definitiva. Si asi fuera, estárían concediendo al mero uso del color una capacidad de aniquilamiento o volatizacion de la realidad ajena a las imágenes absolutamente extraordinario. Estarian concediendo en definitiva a la pintura - el arte por excelencia del color - los mismos poderes mágicos que - según cierta antropologia - le concedían los pintores rupestres prehistóricos que pintaban ciervos o bisontes en las paredes sus cuevas para vencerlos imaginariamente antes de poder vencerlos efectivamente con sus lanzas y sus flechas.
Por cierto, llamar ´ Apocalipsis ´ - una categoría bíblica donde las haya - a un acontecimiento plenamente histórico como es la II Guerra Mundial, ni es inocente ni carece efectivamente de consecuencias.

2 comentarios:

  1. Parece que la historia en colores es más real

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  2. No me gusta que se coloreen las peliculas antiguas

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