Querida S: lo primero es condolerme con tu dolor de madre que no puede ver a su hijo por trámites burocráticos que obedecen a la politica que los titulares de lo diarios llaman ¨el parón a la inmigración¨. En el periodo de auge los inmigrantes eran indispensables, pero ahora, en tiempos de crisis, sobran y si no se puede expulsar a los que están que no venga ni uno mas. En fin, la dureza de la vida que lleva a tantos a buscar consuelo en la religión precisamente, que no sé yo sino está igual de activa ahora que lo estaba en los tiempos de los cristianos primitivos. Fíjate, en ese sentido, en la prolferación de las sectas cristianas entre los inmigrantes latinoamericanos en España, que asumen su fe con un entusiasmo verdaderamente sorprendente y, cuya actitud y conductas guardan semejanza con las de los primeros cristianos que, eran esclavos y libertos extranjeros obligados en definitiva a ir Roma, que les negaba la ciudadania y obviamente los derechos políticos. Sólo los alcanzaría un par de siglos después con el emperador Constantino, a quien la iglesia católica presenta como el emperador que se convirtió al cristianismo y cuando hay, en realidad, suficientes motivos para considerar que fue al contrario: que con él el cristianismo se convirtio al imperio. O al imperialismo si se quiere. Es en esa coyuntura - marcada por la transformación del cristianismo en la religión oficial - cuando surge como disciplina teórica especifica la teologia, a la que habria que interpretar, siguiendo en este punto a Carl Schmitt, como un corpus doctrinario cuya estructura conceptual era coherente con la de la ciencia jurídica romana y que hasta el final del imperio proveyó de argumentos a quienes defendían la unión de la altar y la corona imperial. Unión de alcances evidentemente politicos, que los teologos de entonces se esforzaron en mostrar como el resultado natural de un plan divino. El fn del imperio romano de Occidente no trajo la liberacion de la religión de la política sino la perpetuación de su sometimiento política debida a que el obispo de Roma, visto el desastre del imperio, decidió él mismo convertirse en Sumo Pontifice, la máxima autoridad politica de Roma, y, en definitiva, en un emperador, que mantuvo sus ejércitos hasta ayer tarde, como suele decirse. O sea, hasta la unificación de Italia en la mitad del siglo XIX. Los colombianos deberían recordarlo mejor que nadie en América porque Colombia fue de hecho un protectorado de la iglesia católica, apostólica y romana, por lo menos en el período comprendido entre 1850 y 1930, sin que pueda decirse que despues del advenimiento de la república liberal la iglesia haya perdido del todo su influencia política. Supongo que estarás al tanto de cuanto ha hecho el presidente Uribe para que la iglesia no sólo mantenga privilegios ancestrales sino que recupere los perdidos y gane unos cuantos nuevos. En fin que la historia de la teologia es, en definitiva, la historia de la supeditación de la religión a la política y por lo mismo no resultó dificil que los teóricos del estado moderno se apoderaran de sus categorias básicas para conceptualizar dicho estado. En este último movimiento consiste la secularización de la teologia de la que habla Carl Schmitt y que yo cito en mi conferencia de Murcia. Piensa, por último, que esta brevísimo esquema histórico que aqui he esbozado, señala claramente que una cosa es la religión, entendida como conjunto heterogéneo de creencias y prácticas populares, y otra, bien distinta la iglesia, esa instución altamente jerarquizada y de caracter político donde actuan a sus anchas los teólogos.
Muchas gracias al blog me ha servido de mucha ayuda.
ResponderEliminar