Ayer el mediodía (13.02.09) fui a la galería Salvador Díaz de Madrid, al opening de la intervención en la misma de Rikrit Tiravanija,que aporvecha la generosidad el dueño de la misma para clonar su casa de Bangkok, llenarla con obras de un listado de artistas que le interesan y ofrecernos a todos, ademas, una comida thai preparada por él mismo. Llego a las 14 horas, muy puntual, entro, veo desde el umbral de la galería la dimensión del esfuerzo que ha supuesto esa clonación, se acerca un camarero con una bandeja, tomo un vaso con cerveza, giro la cabeza, veo la belleza que ´no daba sueño ´de Pía Ojea, me dirigo a ella,paso por alto en mi apasionada ceguera un escalón y ¡ zaz ! me voy al suelo cuán largo soy: una suelazo sin atenuantes. Y en la caida ´mi ´ caña expulsa su contenido sobre la falda gris y de marca de Pia, que de inmediato se acerca a socorrerme. Me pongo de pie con su ayuda, en el vaso de plástico queda poco o nada de cerveza y un chico de la galería se acerca y me cuenta, que el día anterior el crítico de arte mexicano Cuauhtémoc Medina, después de dar un conferencia en el marco de él ARCO 09, también resbaló, cayendo estrepitosamente al suelo. Cayó mas él mas que yo, porque él pesa por lo menos 40 kilos más de los que peso yo, que ya pesó por lo menos 10 más de los que deberia pesar.
Nos reencontramos en el comedor ´de hueco ´ de la casa traslaticia de Tiravanija, junto con Nekane Aramburo, Mareta Espinosa, Alicia Chillida, Santiago Olmo y un par de chicas mas. Le cuento a Cuauhtémoc que vengo de caerme como él antes se ha caído y me cuenta de otra de sus más caidas célebres. Ocurrió en una pasada edicion de la bienal de Venecia, cuando, viajando por sus canales en una barca, el barquero le indicó que tenia que desembarcar, porque el arco del puente era tan bajo que Cuauhtémoc - tan grandullón - no podía pasar. Cuauhtémoc obece e intenta desembarcar, pero lo hace tan torpemente que cae al agua. Entonces le pregunta al barquero - en ese inglés suyo, tan propio - qué tiene que hacer. El barquero le indica que nade hasta las gradas de un pequeño atracadero situado al otro lado de ese puente tan bajo. ¨ La subida por la escalera fue una proeza: cada peldaño de piedra estaba recubiero por una gruesa capa resbaladiza de mierda y de algas¨. Sin embargo lo logró, que para eso es un descendiente de Cuauhtémoc - principe azteca - que cuando las tropas de Hernán Cortés lo sometieron al suplicio de la parrilla expuesta a las llamas inclementes, silenció las quejas de su compañero de tortura, preguntándole: ¿ Es que acaso yo estoy en un lecho de rosas?
Al rato de escucharle a Cuauhtémoc Medina sus historias, le dije: tu eres el Fernando Castro Flórez de México. Él me respondió: tu eres el Kevin Power de Colombia. Y todos soltamos la carcajada.
La intervención de Theo Firmo
Hace 13 años
Bien empleado te está por embobarte con reprimido deseo donde no debes
ResponderEliminarq bueno. tienes fotos?
ResponderEliminarQuerido Carlos, en tu descripción de la anecdota con Cuauhtémoc Medina,omites un comentario que merece también ser reseñado y es la impagable descripción de los escalones por los que ascendió el crítico mexicano desde las aguas del canal a la histórica ´fondamenta´: ´cuando hice pie en los escalones me di cuenta de que estaban recubiertos de una densa capa de verdín que acumulaba hasta el último escupitajo de Casanova´. Y de allí pasamos a comentar como el poso de la historia está construido con basura y podredumbre. Una metáfora más que esencial para comprender el hoy ¿ no es así?
ResponderEliminarCreo que el relato y las palabras resumen la situación mejor que cualquier foto. Así se reescriben las metáforas y se omite cualquier atisbto de chanza.
Cuauhtémoc y su historia de caidas (un accidente que provoca historias), a Francis Alys lo inspiro para su obra The Last clown (de esa caida en Hyde Park a comentar la relación entre el arte y humor, risa y en ultimas la industria del entretenimiento).
ResponderEliminarLa casa de Rirkrit, The house the cats built, que si mal no estoy hizo caer no una sino dos veces a Cuauhtémoc. Y aqui otra historia desde el acidente.