En mi anterior entrada en este blog hablé de Leopold Kessler y hoy (02.02.09) quiero hablar de la pareja artistica formada por Diego Bestué/Marc Vives, que comparte actualmente con Kessler las salas de exposicion en el Centro 2 de Mayo. Los trabajos del uno y de los otros están juntos por voluntad de Ferrán Baremblit, el curador de ambas exposiciones y director - además -del 2 de Mayo. Pero la verdad es que apuntan en direcciones bien opuestas y no sólo porque Kessler sea un flaneur con cámara de video, a la caza siempre de situaciones tan efímeras como insólitas desplegadas en los intersiticios normalmente inadvertidos de la vida callejera, sino porque la pareja de artistas catalanes dramatiza rotundamente lo que hacen en los ambitos de la instalación y la performance. La instalacion y la performance pertencen evidentemente al dominio teatral: la instalación es siempre el escenario de una accion teatral ausente o - para decirlo parafraseando a Giorgio Agamben - de la acción teatral que vendrá. Es escenografía siempre a la espera del espectador capaz de imaginar la acción que cabría desplegar en ella. El artista del performance anula el suspenso de esa expectativa sin fin con una acción explícita, incontrovertible como acción, aunque ella sea en sí misma con mucha frecuencia enigmática, por lo que tiene de ajena o incongruente con el sentido común y con los códigos habituales de legibilidad y representación teatral. Bestué/Vives, le dan otra vuelta de tuerca al asunto y en las dos obras que presentan en el 2 de Mayo subordinan la instalacion y la performance a la escenografía y al drama de una manera tan decidida que las desplazan irremediablemente al campo del teatro, donde, como bien se sabe, lo que acontece está dominado por el imperativo de una secuencia previamente establecida que determina tanto la actuacion de actores y espectadores como el display escénico. Este desplazamiento, ese punto de fuga orientado hacia el drama y la escenografia, adopta sin embargo, en este caso, dos modalidades distintas aunque en ambos casos la dispositivo escenográfico determina la secuencia dramatica en vez de ser predeterminado por ella. En ¨ Viaje al universo ¨, una de las dos instalaciones montadas por Bestué /Vives, las distintas estancias del dispositivo escenográfico nos conducen por una suerte de viaje por el universo, que es tanto de lo microscopico a lo galactico, como del nacimiento de la vida a su decadencia y destruccion final. En ¨ Confirmacion ¨ la invitacion es a recorrer los pasos y los episodios cruciales de una bildung roman - de una novela de formacion - construida sobre el proceso de formacion vital de un individuo que, desde la primera crisis de su relación con la escena familiar, avanza a tumbos hasta encontrar al final la ´ confirmacion ´de su vocacion actoral. Obviamente esta estrategia de desplazmiento a lo teatral supone una inhibicion o por lo menos un recorte de las posibilidades de que el espectador se despliegue él mismo como actor o interprete de su propio guión. O de sus propias fantasías.
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